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Si miras los huesos pélvicos, forman un cuenco. Extendido y unido al borde pélvico o la parte superior del cuenco pélvico hay un tejido, que está suspendido de manera muy parecida a una red de malla suspendida sobre un cuenco grande. Este tejido es lo que sostiene sus intestinos contra la gravedad y evita que presionen su vejiga y próstata (o el útero para las mujeres). Si tiene la pelvis torcida o si tiene un problema de marcha o escoliosis (ver otras condiciones), la malla está torcida. Con el aumento de la presión interna por levantar o empujar (como en una evacuación intestinal), los intestinos pueden atravesar las áreas más débiles de la red de malla. Esto es lo que causa la hernia. El daño tisular es secundario, por lo que la cirugía fue solo un paliativo temporal. A medida que pasan los años (recuerde que las lesiones causales generalmente comienzan en la niñez), el tejido debilitado no puede suspender los intestinos y otras estructuras fuera de la vejiga y la próstata/útero. El resultado es que la vejiga debe vaciarse con mayor frecuencia y, en las mujeres, el útero se inclina o se prolapsa. En los hombres, la glándula prostática ahora debe soportar más peso ya que el "techo de arriba se está hundiendo". Su respuesta al aumento de peso a lo largo de los años es agrandarse, al igual que lo harían los músculos de los fisicoculturistas si tuvieran una mayor demanda. Cuando la próstata se vuelve lo suficientemente grande, puede presionar el uréter (el conducto que lleva la orina desde la vejiga a través del pene). El síntoma de esto será dificultad para orinar o goteo y goteo después de terminar de orinar. Muchos hombres tienen esta condición y se mantienen callados porque temen lo peor, que tendrán cáncer de próstata. Esta es una condición relativamente fácil de corregir usando los protocolos de la Técnica de Organización Neural.